La crisis del arte actual convive con un conocido trauma de la imagen, un cierre bidimensional de la visión cuya naturaleza simbólica parece aspirar a ocupar y sustituir la vida misma mediante representaciones, fantasmas que hoy parecen divertirse incluso con su propia mutación. Como escritura, la representación sólo preserva, duplica y tiende al perfeccionamiento, pero, eso sí, en el camino produce desgarros en el recuerdo no sólo de tipo cultural o social, míticos o normalizadores, sino también de tipo anestésico, individual. Algo que en la experiencia estética supone un colapso de la imaginación, la conversión de los elementos artísticos en meros transmisores de la memoria traumática, y en lo personal supone un cultivo del pasado que no puede actualizarse fácilmente en el presente e impone diferentes líneas de fuga liberadoras del fantasma de su propia superación.
La crisis supone un círculo de representaciones sólo intercambiables, un establecimiento de equivalencias y una ulterior circulación de representaciones de representaciones. Un juego representacional que invita a la sublimación, al escape de las tensiones y de los deseos no realizados mediante la simple sustitución de una imagen por otra. Una proliferación de hábitos y de conductas regresivas, indiferentes y pasivas, que producen una división entre el pensamiento y la acción.
Pero si bien el trauma y la memoria coinciden en el presente, no podemos decir que sean idénticos: el trauma es el colapso del pasado repetido, y la memoria, un pasado que traza nuevos puentes hacia el presente. Recuperar el fondo de la imagen perdida o inalcanzada implica superar la compulsión mediática a su repetición sustitutiva, característica del mundo contemporáneo. El artista busca reiterar la memoria no sólo para restaurarla, sino para actualizarla en el presente, busca crear un espacio abierto para el entendimiento del trauma y de la memoria, para pasar de una experiencia estética reactiva, involuntaria, reiterativa, a una experiencia de intervención afirmativa en el presente. Y, en ese juego, el arte ahonda, cava, busca recodos y salidas, tacha, borra, se escapa y sobrevuela permanentemente el mundo para dar a éste y en éste formas habitables o asumibles, pliegues desde donde experimentar un territorio en el que poder vivir, donde crear una zona transitable, por así decirlo. En esos pliegues, rizomas y pirotecnias, el artista desterritorializa el espacio, no para obtener, por supuesto, una recuperación permanente del territorio o del mundo a su paso, una victoria final, sino un pasillo para su obra, una búsqueda de contacto y una reserva de su intimidad y fragilidad.
En este contexto es en el que podemos inscribir algunas de las últimas tendencias del arte contemporáneo, su cuestionamiento de la economía sustitutiva y el sorteo del círculo de representaciones intercambiables que conlleva el colapso de la imagen. El arte contemporáneo se interpone entre el trauma del artista y el del lector, en la fractura del mundo creativo y del mundo del masaje del espíritu. Y en esta nueva «estancia móvil» del artista o del diletante contemporáneo, algunos se hacen cada vez más nómadas, otros vuelven su obra cada vez más oscura, tenebrosa y laberíntica, pero la gran tarea común persiste en el intento de mantener lo más viva posible la fuerza de gravedad del proceso, en dejar abierto el puente entre lo singular, que ahonda y cava, y lo global, que huye y sobrevuela. Y esto cobra formas que pueden hacerse cargo de las más complejas conexiones globales «entre individuos», o de la intimidad más cerrada y aguda de un ser «singular», pero en las que la vida personal parece ser el fluido que vibra hoy con más fuerza en casi todas las cuerdas del arte.
La propuesta de "_estado de fuga", de Diego Tampanelli, se inscribe en este juego de desterritorialización de la memoria, interviene en la idea misma de repetición tachando su propio proceso, perfilando su ausencia para desvelar lo superado o superable del pasado, para promover así su actualización en el presente. La repetición nunca es total y permite que la memoria reestructure los recuerdos eliminando una parte de ellos. Las imágenes abortadas que Diego Tampanelli tacha, manchándolas de pintura, «aspiran a la evocación como única posibilidad de llegar a ser completadas». Suponen un duelo ante la muerte de la memoria, un duelo que juega a mantener la ocultación. Y ése es el modo en que su _estado de fuga convierte el gesto repetido, que podría ser meramente involuntario, en un gesto de afirmación. Su representación de lo irrepresentable persigue algo más que una repetición traumática, un olvido, una desaparición o una sustitución, permite, por el contrario, un tiempo vivo o continuado, una fuga con puentes, capaz de verse en movimiento durante algunos instantes.
En lo formal, "_estado de fuga" se inscribe en el contexto de uno de los signos contemporáneos más claros, el del lenguaje de la acción, un significante abierto que busca operar sobre la realidad misma, y no hacer sólo de vehículo entre grupos de significados, dentro de estructuras simbólicas. Su desafío propone una demanda que remarca las posibilidades autocríticas de la escritura misma, que se resiste a la economía circulatoria mediante la borradura o tachadura de la obra de arte en sí misma. Elige la forma de la performance, cuya novedad en cuanto lenguaje de acción reside en su naturaleza no mediata e indirecta, ideológica, sino en su relación directa con la obra y con lo que la rodea, frente al sistema representativo de la realidad simbólica. No busca que el consumidor altere su propia representación y construya un simple objeto de lectura o de disfrute, sino que altere la realidad y las relaciones que existen entre la obra, el artista y el público, que fracture la repetición. El arte de la performance rompe con el sistema de intercambio de imágenes, y su obra se abre al espacio de la invisibilidad y del inconsciente, donde parece eludir la regulación y el control. Es un acto de la escritura hacia la desaparición, hacia la fragmentariedad, un intento de activar la experiencia de la subjetividad artística en bruto. Performance procede de la palabra francesa parfournir, 'realizar' o 'completar un proceso', algo que, si bien opera como transmisor de la memoria traumática, contiene en sí una reescenificación que la varía, que la actualiza en el presente, modificando la relación de fuerzas que existen en el interior de cada cosa viviente, en beneficio de la satisfacción de las necesidades de aquellos que se mueven junto a nosotros. Con independencia de las motivaciones más profundas del arte y del artista performativo, podemos pensar en sus obras como en pequeños fragmentos de vida personal que se desplazan en cada repetición, velando y desvelando su memoria.
Pero, finalmente, el rastro dejado por la escritura performativa de "_estado de fuga" no es sólo una experiencia privada, íntima, sino también el encuentro entre una desaparición del artista, la borradura de su obra, la borradura de la percepción del espectador y la aparición de un punto ciego, de fuga, en el que ambos comparten la experiencia y se reconocen, un lugar y un paso al reconocimiento de un «imposible común», de una subjetividad cruzada. La visión de la ausencia del otro, la consiguiente visión de la propia ausencia, induce un reconocimiento de las presencias de ambos. El «imposible común» queda comprimido espacialmente entre la capa de pintura performativa, la mancha de pintura del primer plano, y la representación inicial propuesta por el artista, bidimensional y ahora manchada, pero queda temporalmente vivo en el lapso-imagen que se incorpora en la memoria de todos los asistentes al evento, los cuales se llevan adheridos en su memoria los instantes actualizados de toda la red abierta por ese imposible común de la acción. La performance la valida quien la vivió con su presencia en el acto (el portador del secreto); por ello, la interacción entre el artista, el objeto de arte y el espectador transmite una memoria social que extrae o transforma imágenes comunes de un «archivo» colectivo. Dice Vicente Da Palma en el catálogo de la exposición que este «acto intencionado y compartido de ocultamiento», sus relaciones entre el recuerdo individual y la memoria colectiva, «constituyen el bucle» que sirve de marco a _estado de fuga, al poder hacer presente «el sentido que tienen para el artista y para el espectador sus implicaciones mutuas».
El nomadismo de "_estado de fuga", de Diego Tampanelli, supone así un intento de materializar el punto de fuga de su obra plástica inicial (geométricamente ideal y estable en el marco de las dos dimensiones de su representación fotográfica o pictórica) en el infinito estado de desterritorialización y yuxtaposición de puntos que supone su línea perdida en el horizonte de la mancha, en el segmento de espacio que muta en un estado (estancia, permanencia) inestable. Y su singularidad cava en el territorio de penumbra de la memoria, el más frágil velo de nuestra intimidad que tiene su «imposible común» en los otros, en el reconocimiento de la ausencia, la fragilidad y la presencia fugaz que comparten la obra, el artista y el público.
Fundació Arranz-Bravo, Barcelona, 13 de enero - 13 de marzo de 2011.
Presentación del catálogo y mesa redonda sobre "La fuga de las imágenes".
Gep21: 9 de febrero de 2011. Fundació Arranz-Bravo, Barcelona
http://fundacioarranzbravo.wordpress.com/
Otros trabajos de Diego Tampanelli: http://edicticafoto.wordpress.com/2013/06/13/los-falsos-recuerdos-diego-tampanelli-y-vicente-da-palma/
_estado de fuga Diego Tampanelli |
La crisis supone un círculo de representaciones sólo intercambiables, un establecimiento de equivalencias y una ulterior circulación de representaciones de representaciones. Un juego representacional que invita a la sublimación, al escape de las tensiones y de los deseos no realizados mediante la simple sustitución de una imagen por otra. Una proliferación de hábitos y de conductas regresivas, indiferentes y pasivas, que producen una división entre el pensamiento y la acción.
_estado de fuga
Diego Tampanelli
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Performance de Rirkrit Tiravanija |
_estado de fuga
Diego Tampanelli
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Joseph Beuys |
_estado de fuga
Diego Tampanelli
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Pero, finalmente, el rastro dejado por la escritura performativa de "_estado de fuga" no es sólo una experiencia privada, íntima, sino también el encuentro entre una desaparición del artista, la borradura de su obra, la borradura de la percepción del espectador y la aparición de un punto ciego, de fuga, en el que ambos comparten la experiencia y se reconocen, un lugar y un paso al reconocimiento de un «imposible común», de una subjetividad cruzada. La visión de la ausencia del otro, la consiguiente visión de la propia ausencia, induce un reconocimiento de las presencias de ambos. El «imposible común» queda comprimido espacialmente entre la capa de pintura performativa, la mancha de pintura del primer plano, y la representación inicial propuesta por el artista, bidimensional y ahora manchada, pero queda temporalmente vivo en el lapso-imagen que se incorpora en la memoria de todos los asistentes al evento, los cuales se llevan adheridos en su memoria los instantes actualizados de toda la red abierta por ese imposible común de la acción. La performance la valida quien la vivió con su presencia en el acto (el portador del secreto); por ello, la interacción entre el artista, el objeto de arte y el espectador transmite una memoria social que extrae o transforma imágenes comunes de un «archivo» colectivo. Dice Vicente Da Palma en el catálogo de la exposición que este «acto intencionado y compartido de ocultamiento», sus relaciones entre el recuerdo individual y la memoria colectiva, «constituyen el bucle» que sirve de marco a _estado de fuga, al poder hacer presente «el sentido que tienen para el artista y para el espectador sus implicaciones mutuas».
Portadores del secreto
en _estado de fuga
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Fundació Arranz-Bravo, Barcelona, 13 de enero - 13 de marzo de 2011.
Presentación del catálogo y mesa redonda sobre "La fuga de las imágenes".
Gep21: 9 de febrero de 2011. Fundació Arranz-Bravo, Barcelona
http://fundacioarranzbravo.wordpress.com/
Otros trabajos de Diego Tampanelli: http://edicticafoto.wordpress.com/2013/06/13/los-falsos-recuerdos-diego-tampanelli-y-vicente-da-palma/
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