Bab’Aziz es la tercera película de Nacer Khermir, director tunecino prácticamente desconocido. Según sus palabras, en ella se muestra una cara «limpia» del Islam, un rostro más amable y cercano que el del fundamentalismo. A su juicio, frente a la filosofía sufí, la violencia no aporta nada al Islam, más bien lo desvirtúa y niega uno de los componentes esenciales de la herencia religiosa de su tradición: la espiritualidad, el tiempo y la sabiduría mística que llenan una cultura de raíces muy antiguas. Dice un proverbio sufí que hay tantas maneras de llegar a Dios «como seres humanos sobre la Tierra». La película restablece un simbólico diálogo entre dos mundos entorpecido inútilmente por fundamentalistas de todo tipo: «El fundamentalismo y el radicalismo no representan al Islam, de la misma forma que la Inquisición no representa a Occidente». La película toma elementos de la vida de Ebrahim Adham, místico persa que vivió en Irán en el siglo XI, y sus protagonistas inmedia...
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