Ir al contenido principal

Una hora tras el velo. Miles I













La magia de la memoria tiene estas cosas: un día descubres la música de un bajista poderoso, de ésos que se escuchan al fondo, porque a ti te gusta el sonido de los bajistas que se notan. Otro te sorprendes cuando surge la evidencia de que ya lo conocías sin saberlo, de que habías frecuentado su ritmo otras veces,  mientras mirabas a otro centro de atención. Más tarde, te dejas llevar por la nostalgia de intentar recuperar -como un turista- algunos instantes que en algún momento ya pasaron, y que ahora ves tan sólo como fantasmas recortados: tu anfitrión te invita a visitar meros recuerdos.












Pero la memoria tiene estos reflujos. El día de la cita vas a ver y oír la adaptación renovada de tus recuerdos, otro cuento, interesante, aunque cuento, y te encuentras otra vez la vieja sombra encorvada escondida con suavidad entre los grandes volúmenes del escenario, el duende que da voz al devenir en la plataforma de lanzamiento de la música improvisada, la misma sombra que aparece de modo imperceptible poco más tarde en los intersticios de los solos de sus músicos, entre nota y nota, para dar dos notas suaves con un todo apagado de su trompeta suave con sordina. Tutu.











Parece increíble que el recuerdo tenga esta fidelidad, de ningún modo aburrida, y que los personajes intercalen de nuevo el trenzado de sus notas en el interior de un tema que parece uno y es múltiple, o que parece múltiple y nos regala la consciente apariencia de una unidad que se sabe temporal. Así pasa el tiempo, un tiempo lleno de memoria que conecta espacios fragmentados, un espacio continuo que teje inmensos instantes de continuidad temporal. Bastan unas notas y sobran los discursos: la memoria es el equipaje que, por arte de magia, convierte al mismo pasajero en su maleta.



















(Elementos nuevos del paisaje que tendré que escuchar con más detenimiento. Un trompetista: Christian Scott. Un saxofonista: Alex Han.)


Marcus Miller. Tutu Revisited. The music of Miles. Miércoles 11 de noviembre de 2009. Palau de la Música. Barcelona


Comentarios

Artículos más leídos en este blog

El origen de la imagen y la estética antigua en Grecia (II). La belleza

El equilibrio entre  racionalidad  e   intuición del arte griego antiguo supuso un paso decisivo en la evolución visual de la humanidad. Sin embargo, antes  vivió   una notable historia, relacionada con uno de los atributos de lo visual, lo bello, la belleza, otra de las determinaciones a las que se orienta la visión directa y la percepción natural (tal vez el reclamo más contradictorio de los sentidos). Desde luego, si bien es posible que las originarias poblaciones griegas de Asia y las islas griegas tuvieran una particular disposición para cultivar la belleza, fue el cada vez mayor contacto con otras culturas, sobre todo con las orientales, el que ayudó a de perfilar la estética de la belleza griega, con la ayuda del esquematismo, el estilo geométrico y la matematicidad representativa presentes ya, por ejemplo, en las civilizaciones egipcia, mesopotámica y micénica.  Pero no solo eso, tuvo también que fundirse y entrar en conflicto con las aportaciones de los invasores

Olivier Anicet. Du côté de chez toi? Wandergalerie, 2008

Parpadeo de colores El universo del artista parisino de origen afrocaribeño Olivier Anicet se nutre de la cultura hip-hop, y se envuelve y desenvuelve en el escenario de la vida urbana. Sus instantáneas de la vida cotidiana coquetean con los signos contemporáneos, y sugieren encuentros mágicos con toda una nube de personajes, entre los cuales se incluyen la propia palabra, el texto, algunos divertidos animales de apariencia mitológica y diversos símbolos de la ciudad, como las notas musicales. Según el artista, en su trabajo se pone precisamente en juego esa parte importante de nuestras vidas diarias que se disputa en la ciudad, y la posibilidad de lanzar cabos a otras culturas y a otros seres que habitan en ella. El reto es superar el lado oculto de la intimidad urbana. Así que, sobrepasando el diseño y la ilustración convencionales, las obras de Olivier Anicet adquieren una importante densidad y consistencia gracias a los materiales y a los soportes que utiliza e

Explorar el campo abierto de la lectura

Con este artículo quiero sintetizar el capítulo abierto sobre la lectura que he ido desplegando durante las últimas semanas. La intención no es acabar el proceso, sino justo la contraria, dejar abierto un espacio en defensa de la lectura, el libro y la edición en todas sus dimensiones, incluidas las más contemporáneas. Para etiquetar todo este conjunto de ideas, tal vez lo mejor sea trazar una panorámica. La primera cuestión a tener en cuenta es que leer hoy tiene unas peculiaridades: nuestros alumnos han nacido en una época en la que dominan las nuevas tecnologías y en la que existe una hibridación completa entre la lectura tradicional y la mediada por pantallas y aparatos de interacción comunicativa. Esto implica dificultades, aunque también nuevos horizontes por descubrir.         Si tenemos que validar retos , el primero es el de vencer los efectos negativos de la aparente  inmediatez  que ofrecen, por ejemplo, internet y los ya universalizados smartphones. Es necesario orie