Ir al contenido principal

La esperanza, una eterna lámina entre dos panes

Argelino, servidor de dos amos, por Animalario
Carlo Goldoni (1707-1793) fue fundador de la Commedia dell’arte y uno de los pioneros de la comedia moderna. Arlecchino, servitore di due padroni se estrenó en Venecia en 1745: Goldoni enredó diálogos rápidos en problemas intemporales, introduciendo en escena personajes tipo como el mercader, el doctor, el posadero, los amantes y el criado. El Trufaldino de Goldoni era un inmigrante en Venecia llegado desde los valles de Bérgamo, puesto al servicio de dos patronos al mismo tiempo y víctima de un cruce de equívocos, engaños, peleas amorosas y conflictos generacionales, en una mezcla de intereses.

Si bien Arlequino revelaba la lucha de clases, la dificultad de vivir en un mundo de amos y criados, Argelino revela la miseria y la podredumbre de nuestro tiempo: la indiferencia ciega y egocentrista hacia los inmigrantes en el preciso espacio interior de la sociedad occidental contemporánea. Después de 264 años, el Arlequino-Argelino nos sigue ofreciendo la posibilidad de reflexionar sobre la destrucción del ser humano por el ser humano, apoyada ahora en la coartada de un realismo cínico que cuesta imaginar por qué dura tanto tiempo en desaparecer: «El mundo ha alcanzado el estado óptimo de su desarrollo, sin dolor, sin hambre, sólo los “necesarios”. Si a mí me ha tocado llevar adelante un verdadero y necesario proyecto familiar, logrado con mi esfuerzo, ¿por qué tendría que dejarme caer más abajo, descender? La culpa de lo que pasa no la tienen los seres humanos, sino Dios, o el sistema. No somos perversos, es lo que hay, cuanto más libre es el sistema, más real es».
Decía Darío Fo que los desgraciados y los abandonados provocan resentimiento y desprecio, que son víctimas de la burla y se vuelven chivos expiatorios, como toda minoría indefensa: no hablan bien la lengua de la ciudad, tienen hambre y mueren por ella, son desastrosos, y sus mujeres aceptan los peores trabajos, incluso los más perversos. El drama pervive aplastado como una simple loncha de embutido entre los diferentes panes de la riqueza y el poder, entre los discursos duales de sus amos y sus falsos y cínicos pseudoenfrentamientos. Las fuerzas del poder sólo se asustan sin eliminarse, en su propia competición interna, dentro del juego perverso del terror, pero los comparsas sí, y siempre, son los que reciben el fuego. Argelino es el mensajero que, a punto de ser asesinado siempre, intenta mediar, cerrar cualquiera de esas cartas que sus amos abren para poder vigilarse entre ellos, el que limpia sus cadáveres y cuida sus enfermos, el que intenta alcanzar los platos antes de que se rompan al caer al suelo. Es el acordeón o la peonza que va dando tumbos en el circo del salón, alrededor de la mesa de reuniones o en el interior de la celebración occidental. Es el querido comparsa que sólo quiere comer, que sirve a sus dos amos con la esperanza de conquistar un territorio intermedio que le dote de carta de ciudadanía, para evitar no caerle mal a nadie, y que al final sólo cobra de los dos amos el salario de su tortura. No sabe que se tragará inevitablemente esa miga humedecida antes de poder usarla como pegamento, porque el hambre realiza inevitablemente un ejercicio de justicia poética, y a la vez muestra su realidad: comerse los propios medios de producción como combustible, eliminar al resto de los frágiles, comerse en último extremo a sí mismo.

Esta fuerte crítica ya fue hecha en su momento por Bertolt Brecht, pero creo que en esta nueva adaptación de Animalario se nos muestra una contundente y fuerte evidencia: Argelino recoge la utopía y la esperanza en el pasado y en el futuro de Occidente. Cuando en el primer mundo se desecha ese proyecto por parte de sus herederos, los extranjeros lo renuevan repetidamente con la esperanza de pertenecer a él desde su llegada, y, lo que es más contundente, con la esperanza de poder darle un lugar más allá de la decadencia, el cinismo y la farsa de sus fundadores. Tenemos, así, a un Saturno que devora a sus hijos adoptivos, y a unos hijos adoptivos que perseveran en obligarlo a que los deje salir de su panza.
Obra original de Carlo Goldoni
Argelino Servidor De dos amos, por Animalario
CALENDARIO [Gira 2009]
ENERO [2009]
Sábado 17. Narón  Domingo 18. Orense Viernes 23. Badalona
Sábado 24. L´Hospitalet Domingo 25. Manresa Viernes 30. Sant Cugat
Sábado 31. Badalona
FEBRERO [2009]
Domingo 1. Viladecams Viernes 6. Tarragona Viernes 20. Venecia
Sábado 21. Venecia

Comentarios

Artículos más leídos en este blog

El origen de la imagen y la estética antigua en Grecia (II). La belleza

El equilibrio entre  racionalidad  e   intuición del arte griego antiguo supuso un paso decisivo en la evolución visual de la humanidad. Sin embargo, antes  vivió   una notable historia, relacionada con uno de los atributos de lo visual, lo bello, la belleza, otra de las determinaciones a las que se orienta la visión directa y la percepción natural (tal vez el reclamo más contradictorio de los sentidos). Desde luego, si bien es posible que las originarias poblaciones griegas de Asia y las islas griegas tuvieran una particular disposición para cultivar la belleza, fue el cada vez mayor contacto con otras culturas, sobre todo con las orientales, el que ayudó a de perfilar la estética de la belleza griega, con la ayuda del esquematismo, el estilo geométrico y la matematicidad representativa presentes ya, por ejemplo, en las civilizaciones egipcia, mesopotámica y micénica.  Pero no solo eso, tuvo también que fundirse y entrar en conflicto con las aportaciones de los invasores

Olivier Anicet. Du côté de chez toi? Wandergalerie, 2008

Parpadeo de colores El universo del artista parisino de origen afrocaribeño Olivier Anicet se nutre de la cultura hip-hop, y se envuelve y desenvuelve en el escenario de la vida urbana. Sus instantáneas de la vida cotidiana coquetean con los signos contemporáneos, y sugieren encuentros mágicos con toda una nube de personajes, entre los cuales se incluyen la propia palabra, el texto, algunos divertidos animales de apariencia mitológica y diversos símbolos de la ciudad, como las notas musicales. Según el artista, en su trabajo se pone precisamente en juego esa parte importante de nuestras vidas diarias que se disputa en la ciudad, y la posibilidad de lanzar cabos a otras culturas y a otros seres que habitan en ella. El reto es superar el lado oculto de la intimidad urbana. Así que, sobrepasando el diseño y la ilustración convencionales, las obras de Olivier Anicet adquieren una importante densidad y consistencia gracias a los materiales y a los soportes que utiliza e

Explorar el campo abierto de la lectura

Con este artículo quiero sintetizar el capítulo abierto sobre la lectura que he ido desplegando durante las últimas semanas. La intención no es acabar el proceso, sino justo la contraria, dejar abierto un espacio en defensa de la lectura, el libro y la edición en todas sus dimensiones, incluidas las más contemporáneas. Para etiquetar todo este conjunto de ideas, tal vez lo mejor sea trazar una panorámica. La primera cuestión a tener en cuenta es que leer hoy tiene unas peculiaridades: nuestros alumnos han nacido en una época en la que dominan las nuevas tecnologías y en la que existe una hibridación completa entre la lectura tradicional y la mediada por pantallas y aparatos de interacción comunicativa. Esto implica dificultades, aunque también nuevos horizontes por descubrir.         Si tenemos que validar retos , el primero es el de vencer los efectos negativos de la aparente  inmediatez  que ofrecen, por ejemplo, internet y los ya universalizados smartphones. Es necesario orie